martes, 4 de agosto de 2020

LA JUSTIFICACIÓN DE LA CONQUISTA

    El encuentro de un mundo desconocido para Europa planteó una serie de interrogantes:
    - ¿tenía España derecho a apropiarse de estas tierras?;
    - ¿era lícito emplear la fuerza para adueñarse de ellas y evangelizar a los indios?;
    - ¿en qué títulos jurídicos basaron los españoles su dominio?

    Hubo justificaciones por parte de la Corona española, conquistadores y religiosos.

    La Corona española, al igual que la portuguesa, buscó legitimar su conquista pidiendo ayuda al Papa, árbitro de las contiendas entre los monarcas desde la Edad Media. Él reconoció a los Reyes Católicos su soberanía en el Nuevo Mundo mediante bulas pontificias (documentos aprobados por el Papa y aceptados por los cristianos) y el Tratado de Tordesillas.
    Frente a los malos tratos dados a los indios del Caribe, se crearon instituciones y leyes para protegerlos. A pesar de ello, los malos tratos a los indígenas continuaron y fueron denunciados por los dominicos Fray Antón de Montesinos y Fray Pedro de Córdoba. Los conquistadores fueron defendidos por Juan López de Palacios Rubios, quien redactó el “requerimiento”, documento por el cual se requería a los indios obediencia al rey, por considerarlo dueño y señor de tierras y hombres.
    Se les pedía acatar la autoridad del conquistador y el cristianismo como religión.
    Si éstos no juraban acatar el requerimiento, era “justo” combatirlos.
    La justificación de la conquista y el requerimiento, tuvo defensores y opositores.

    LA OPOSICIÓN A LOS DERECHOS DEL INDIO: El teólogo Juan Ginés de Sepúlveda.

    Defendía la misión civilizadora del hombre blanco que le daba el derecho al dominio sobre pueblos “primitivos”.
    Creía que los españoles eran un pueblo elegido y superior, que podían tener el destino del mundo. Por lo tanto, debían dominar a los indígenas pertenecientes a una “cultura inferior”.
    Para él eran “bestias salvajes”, practicaban “absurdas idolatrías”, “sacrificaban vidas humanas”, “desconocían la honestidad y el pudor”, y les negaba condición humana al caracterizarlos como “animales que hablan”.
    Estos conceptos provocaron muchas polémicas, hasta que el 1537, el Papa Pablo III proclamó una Encíclica (carta enviada a las iglesias) diciendo que los indios eran hombres verdaderos y tenían alma y que podían disponer de sí mismos y de sus propiedades.

    LOS DEFENSORES DEL INDIO: Fray Bartolomé de las Casas y Padre Francisco de Vitoria.  
                                                                Primer debate moderno de los derechos humanos.
    • Fray Bartolomé de las Casas. De las Casas viaja a América en 1502 como encomendero, por lo que allí apreció las  injusticias que se cometían con los indígenas y sus propiedades, lo que lo hizo unirse a la orden de los Dominicos. En 1542, en presencia del rey Carlos V, se atrevió a sostener que la conquista  del Nuevo Mundo eran “invasiones violentas de crueles tiranos condenados no sólo por la ley de Dios sino por las leyes humanas”. Consideraba que indios y españoles eran iguales en cuanto que todos eran hombres. El “retraso cultural” en que se encontraba se justificaba por su “falta de educación” y “costumbres bárbaras”. Pero esto no los privaba del derecho de tener sus posesiones. Reclamó que se anularan todas las conquistas realizadas y se restituyeran los territorios a  los aborígenes. Sostenía que si bien el Nuevo Mundo fue concedido por el Papa Alejandro VI a España y Portugal para que transmitieran el Evangelio, eso no les daba derecho a utilizar a los nativos para su provecho y mucho menos tratarlos como inferiores. En 1531, Las Casas sugiere traer de España esclavos para realizar ciertas labores que se estaban encomendando a los nativos. De ahí ha surgido una peculiar "leyenda negra" contra Las Casas, según la cual él sería el principal responsable de la introducción y ampliación de la esclavitud africana en América, aunque la introducción de esclavos africanos precedió por más de una década las primeras sugerencias de Las Casas. 
     Estas discusiones lograron que el gobierno español diera a las nuevas conquistas el carácter de empresa, cuyo objetivo era llevar el amor pacífico y cristiano al prójimo y que en vez de conquista, se hablara de pacificación con el compromiso de tratar humanamente a los aborígenes.
    • Padre Francisco de Vitoria. El Padre Vitoria también cuestionó la conquista y defendió a los indígenas. Negó el dominio temporal del Papa, es decir, el poder de resolver problemas materiales, como la concesión de territorios a la Corona española, pues su verdadero poder era espiritual. Por lo tanto, dijo: “ninguna potestad tiene el Papa sobre los indios ni sobre los demás infieles”. También negó el derecho de conquista  del Emperador, pues las tierras americanas ya estaban habitadas y por eso no se las podía considerar “cosas de nadie”. Los príncipes paganos eran tan legítimos como los monarcas cristianos, pues su poder derivaba del derecho natural ante el cual todos los hombres son iguales. Para él, las guerras no se debían hacer para el exterminio de los pueblos sino para la defensa del derecho y el establecimiento de la paz.

    Material sacado de: Abadie, S; et al; Historia 2ºc.b. Europa, América y Uruguay entre los siglos XVI y XIX. Ed Monteverde.

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